Tengo fe


Vivimos tiempos convulsos. No destapo nada nuevo. La pandemia avanza y nuestra capacidad para enfrentarnos a ella a veces da la impresión de retroceder. No sabemos cómo se desarrollarán nuestros trabajos. No sabemos cómo quedarán afectados nuestro sistema educativo, nuestro sistema sanitario. Y vivimos en un equilibro de funambulistas manteniendo la actividad económica y el distanciamiento social.

Vivimos tiempos convulsos. No destapo nada nuevo. La pandemia avanza y nuestra capacidad para enfrentarnos a ella a veces da la impresión de retroceder. No sabemos cómo se desarrollarán nuestros trabajos. No sabemos cómo quedarán afectados nuestro sistema educativo, nuestro sistema sanitario. Y vivimos en un equilibro de funambulistas manteniendo la actividad económica y el distanciamiento social.

Volvemos de vacaciones con las estadísticas en rojo profundo, los miedos por nuestra salud y economía más presentes que nunca, las incertidumbres por todo lo alto y una cierta depresión social que nos comprime.

«Creo que la Covid ha descubierto todos esos fallos que ya teníamos como sociedad»

Hemos tenido una mala gestión, una mala comunicación y sufrimos un pobre compromiso social y valoración del bien común. De hecho nada nuevo tampoco. Creo que la Covid ha descubierto todos esos fallos que ya teníamos como sociedad y que no veíamos o no queríamos ver. Esas “cosillas” que escondíamos bajo la alfombra ya estaban ahí, pero la Covid ha levantado los felpudos. De una manera radical. Brutal.

«Y a pesar de todo tengo fe. ¡Tengo fe en las personas!»

Y a pesar de todo tengo fe. ¡Tengo fe en las personas!. Personas que tienen ganas de trabajar. Trabajar mucho y trabajar bien. Las hay a miles. Muchas tengo la suerte de conocerlas personalmente, con otras tengo contacto por redes y de muchas más me llegan noticias, proyectos, iniciativas… Creo que es la hora de las personas, de los individuos unidos o no en organizaciones.

El trabajo de cada uno hará la suma que necesitamos para salir de esta. Cada esfuerzo por mejora un trabajo, una venta, un servicio… Todo, absolutamente todo es retroactivo. El esfuerzo de uno se suma al esfuerzo de otro y así sucesivamente. Hay miles de personas dispuestas a arrancar nuevos proyectos. Algunos de envergadura monumental, otros muy pequeños. Da igual, todos son imprescindibles. Porque cualquier cosa que mejore nuestro entorno laboral, familiar, social, por pequeña que sea, es un ladrillo más en la pared de la recuperación.

«Es el momento de las personas y de las personas conectadas.»

Es el momento de las personas y de las personas conectadas. No olvidemos el gran valor con el que nació Internet, la colaboración. Si de por sí cualquier trabajo o esfuerzo se suma al de los demás con la conexión que nos ofrece la Red el impacto puede ser multiplicador. Es el momento de compartir ideas, herramientas, métodos. Es el momento de buscar colaboradores, de enseñar, de aprender. Y todo esto lo tenemos de siempre en la Red.

Así pues, personas conectadas, con ganas de trabajar y de trabajar bien.

¡Saldremos! Y estoy seguro de que tú te apuntas.

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